El director de Innovación y Desarrollo del Ente Vasco de la Energía (EVE), Enrique Monasterio, protagonizó el pasado 18 de febrero un nuevo encuentro del Grupo Vasco del Club de Roma en el que analizó el nuevo modelo energético hacia el que nos dirigimos, y que supone una transición de un mundo de energías agotables hacia otro en el que no se agotan.

Este proceso de transición energética se caracteriza por un cambio social -cada vez demandamos energía más limpia y cercana-, un cambio en los costes y eficiencias -que han impulsado el uso de las renovables- y nuevos modelos y herramientas -el IoT, el Big Data, la movilidad eléctrica o la servitización de la energía-.

Según explicó Monasterio, estamos en este proceso de transición, principalmente, por la preocupación por el cambio climático. Pero existen además otras preocupaciones, como la contaminación local (preocupación por la salud de los ciudadanos), la dependencia energética y los riesgos geopolíticos, la búsqueda de una mayor eficiencia, etc.

Igualmente, destacó que es posible que toda la energía sea renovable (100%), “algo que hace diez años no nos creíamos”. Las tecnologías se han abaratado tanto que donde antes pensábamos que con ese recurso escaso no merecía la pena producir electricidad, ahora sí es posible aprovechar bien los recursos disponibles, aunque sean escasos.

En todo este proceso, la prioridad será la electrificación. Como explicó Monasterio, si la preocupación es el cambio climático, lo que hay que hacer es evitar las emisiones de gases de efecto invernadero; y para eso hay que evitar los combustibles fósiles y cambiarlos por renovables. Y la mayoría de las renovables generan energía en formato electricidad, de ahí que el objetivo sea la electrificación de todo lo que podamos (movilidad, calefacción, industria…).

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé que en 2030 el 74% de la energía eléctrica sea renovable, algo que según el experto del EVE alcanzaremos sin ninguna duda. En 2021 el 47% de la energía eléctrica era renovable, y esta cifra crece todos los años. Actualmente hay en el Estado casi 42 GW de energía eólica y fotovoltaica, otros 144 en construcción y 24 más en estudio. Todo ello permitirá lograr el objetivo de 2030 “sin ninguna dificultad”.

Respecto al objetivo de 2050 de que el 100% de la electricidad sea renovable, Enrique Monasterio lo ve más complicado, porque las renovables, en general, no son gestionables (hay eólica con viento, solar con sol, etc.).

El papel del consumidor

Respecto al papel del consumidor, este va a cambiar, ya que podrá generar, negociar, participar en compras agregadas… Esto ya está pasando, aunque exige cambios regulatorios.

Se pretende que como usuario podamos gestionar todo. Y en este sentido están surgiendo muchos negocios alrededor de esta cuestión, startups de todo tipo que intentan aprovechar esta oportunidad.

Por otro lado, si la energía la tenemos en formato electricidad, la consumiremos así. “El diésel está muerto, y los demás combustibles también”, dijo Monasterio. “Aún tienen años por delante -aclaró-, pero vamos hacia eso”.

En este contexto, reducir el consumo ya no es la primera opción, sino acomodar el consumo a la energía de que disponemos.

Respecto al vehículo eléctrico, ya satisface la mayoría de las demandas. El que va a tener limitaciones es el de combustible, al que se le va limitando cada vez más el acceso a las ciudades.

EN 2010 las baterías de los coches tenían un precio desorbitado. Este ha reducido en un 90% en diez años, pasando de 1.100-1.200 dólares el kWh en 2010 a los 120 dólares el año pasado.  Y llegaremos a 70 dólares por kWh. Esto igualará los precios de los vehículos eléctricos y de combustible, y en 2 o 3 años serán competitivos.

Lo mismo ha ocurrido con la solar fotovoltaica. Y Monasterio espera que lo mismo ocurra con las eólicas marinas.

En consumo, los vehículos han aumentado mucho en eficiencia (también los de combustión). Aunque aquí el caso más espectacular son las lámparas. En 2010 el precio del led era desorbitado, ahora cuesta muy poco y es un 95% más eficiente que la incandescente.

Smart energy

Las denominadas smart cities, o ciudades inteligentes, combinan el sistema físico con el digital (tráfico, agua, electricidad). En el mundo de la energía están por un lado las plantas de generación, y la parte digital se encargará de hacerlas lo más eficientes posible. Esto va a llegar seguro porque es una necesidad para acomodar oferta y demanda.

Actualmente, esa casación entre lo que se necesita y lo que se produce va en función de lo que se va demandando. Con renovables no se puede hacer, no se pueden encender eólicas. Por eso hay que hacerlo al revés, modular la curva de la demanda en función de la generación. ¿Cómo? Identificando los elementos que se pueden modular. Uno es el vehículo eléctrico (p.ej., ponerlo a cargar a la 1 de la mañana, y no a las 7 de la tarde). Otra, las cámaras congeladoras de industrias y superficies comerciales, que pueden adaptarse a los momentos de menor demanda. Por eso, ay que trabajar en la gestión de la demanda.

Por otro lado, el vehículo eléctrico y la bomba de calor serán los elementos clave de la electrificación.

Enrique Monasterio recordó que no todos los consumos se pueden electrificar. Es complicado, por ejemplo, electrificar los aviones, determinados usos industriales (con elevada temperatura)… Para eso, el hidrógeno servirá para bastantes cosas, ya que se puede almacenar y cubrir los nichos en los que no se puede usar la electricidad, Y como es verde, producido con renovables y agua, no genera emisiones.

Finalmente, Monasterio destacó algunas noticias que muestran que el modelo está cambiando. Por ejemplo, BNP Paribas dice que el barril de petróleo bajara a 10 dólares en 2045; el BEI ya no financia proyectos de hidrocarburos; las marcas de coches han anunciado fecha final para su producción (Volkswagen en 2026), y Enagás quiere convertir su infraestructura de gas en una red de hidrogeno para exportar a Europa.

Precios de la energía

Por último, y respecto a los precios de la energía, Monasterio explicó qué es lo que está pasando ahora que se han disparado, aclarando conceptos como el sistema de precios marginalista, el papel del gas y el ciclo combinado, la recuperación económica tras la pandemia, el acaparamiento de gas por parte de Asia, la evolución de los precios de las emisiones de CO2… Una combinación de factores que ha llevado el precio de la energía a pasar de valores por debajo de los 60 €/MWh a una media de 252 €/MWh en diciembre de 2021.

Tras la conferencia se celebró un debate abierto con los asistentes, en el que se abordó, entre otras cuestiones, el “caso complejo” de Euskadi, un territorio pequeño, abrupto, con contestación social a determinados proyectos de renovables… Para Enrique Monasterio, tenemos que aprovechar la biomasa y el mar. Pero no somos Aragón y Extremadura. Lo que hay que conseguir es que todo lo que consumamos sea renovable, ya sea producido en Euskadi o fuera.

Respecto a los precios marginalistas que tanto han influido en los precios de la energía, Monasterio opina que tarde o temprano veremos cambios, porque este sistema se ve que no es adecuado.

En cuanto a los fondos europeos, que deben servir para financiar proyectos de transición ecológica y energética, son una gran oportunidad. Monasterio cree que sin los fondos Next Generation habríamos tardado 5 o 10 años más en que el papel del hidrógeno esté como está ahora.

A continuación están disponibles los vídeos completos, tanto de la conferencia como del debate posterior, así como la presentación del ponente. Además, la conferencia tuvo también cobertura en el diario El Correo.